Biografía
Alberto Conejero (Vilches, 1978) es licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y doctor por la Universidad Complutense de Madrid.
De su producción dramática destacLeer más
Alberto Conejero (Vilches, 1978) es licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y doctor por la Universidad Complutense de Madrid.
De su producción dramática destacan: El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca (2022), La geometría del trigo, Premio Nacional de Literatura Dramática (2019); Los días de la nieve (2017, Premio Lorca 2019 Mejor Autor); Todas las noches de un día (2018, ganador del III Certamen de Textos Teatrales de la AAT); La piedra oscura (2015, Premio Max al Mejor Autor Teatral 2016 y Premio Ceres al Mejor Autor 2016, entre otros); Ushuaia (2013-2022, Premio Ricardo López de Aranda 2013); Cliff (acantilado) [nuevo título y versión: ¿Cómo puedo no ser Montgomery Clift?], ganador del IV Certamen LAM 2010; Húngaros, Premio Nacional de Teatro Universitario 2000; Fiebre, accésit Premio Nacional de Teatro Breve 1999.
Ha sido también responsable de diversas dramaturgias y reescrituras: Medea (Teatre Lliure), Electra (Ballet Nacional de España y Teatro de la Zarzuela, 2017), Fuenteovejuna (Compañía Nacional de Teatro Clásico, 2017); Troyanas (Festival de Teatro Clásico de Mérida, 2017), Rinconete y Cortadillo (Sexpeare Teatro, 2016), Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (Festival de Otoño a Primavera / Metatarso, 2016), Proyecto Homero / Odisea (La Joven Compañía 2016), entre otras. En febrero de 2020 publicó En esta casa, su segundo poemario tras Si descubres un incendio (2017).
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- Poemas
[Podría hablar de este bosque]
Yo sería aquel que imaginaba.
Luis Cernuda
Podría hablar de este bosque
aquí entre mis manos,
su querencia de fuego,
su miedo a la ceniza.
Podría dibujar mi pupila izquierda,
con la tinta borrosa de un hormiguero:
aquí su terquedad de eclipse,
la sugestión redonda de su daño.
Podría contar en el ábaco insomne
de esta almohada,
planetas indecisos, montañas vacilantes,
voces tan queridas que ya no existen.
Podría anudar al fin dos o tres nombres,
la risa clandestina de mi madre,
un amor que fue bueno
al terminarse;
el calor de un animal que acerca
su enigma a tu costado
y sin preguntas duerme.
Podría decir que fui y todavía
el niño del columpio más lejano,
aquel que confiaba a los pájaros transparentes
el secreto aún tierno de su pecho.
Podría decir que fui
aquel que imaginaba.
Pero aun más: yo soy aquello
que aún no existe y sin embargo
me aguarda desde siempre
confiando.
[vieja cantera de mármol]
al fin llegaste
a la vieja cantera de mármol
con los dedos
recorres
las incisiones
pliegues
sientes
el murmullo del mármol
esa
claridad
que viene por los siglos
empujando
sientes
el mineral desposado
con la luz
su transparencia vertical
la piel reconoce
y emerge
una posibilidad del mundo
otras manos aquí
también tuvieron fe
comprendieron
que la piedra
no es solo piedra
sino pulpa de la eternidad
otras manos aquí
con un cincel dentado
dieron a la luz
victorias aladas
tejas del Partenón
dioses precisos
como un mediodía
otras manos aquí
labraron
venas y músculos
materia viva
tensada
por el deseo
oblicua
para siempre
de pronto
la gracia de una rama
que se abre
paso
por la piedra
palpas los añicos
y comprendes
alguien dijo
que fue la ceniza
otros
que la cruz
la peste
los incendios
los barcos extranjeros
el olvido de los dioses
alguien dijo
toda luz engendra
su ruina
otras manos aquí y allí
hicieron de los templos sagrados
pedazos
material de obra
para alzar torreones
pilares encimeras
bañeras de mármol
para villas exclusivas
suelos de las casas
en las que nadie ya recuerda
lo sagrado
que esconde
un pliegue de la tierra
“pero qué bonito
y qué blancura”
botellas de plástico
relucen bajo el sol
como ofrendas
despiadadas
de nuestro tiempo
“viejas canteras de mármol”
reza el cartel
ahora tienes que marcharte
¿estos pájaros
nacieron ayer
o hace tres mil años?
abandonas la cantera
la oscuridad
deja caer migajas
de redención
y comprendes
aun en los escombros
los dioses esperan por nosotros
Paros, verano de 2022