Alberto
Conejero
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Cosmoversos
01/10/2023
19:00

Biografía

Alberto Conejero (Vilches, 1978) es licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y doctor por la Universidad Complutense de Madrid.

 

De su producción dramática destacLeer más

Alberto Conejero (Vilches, 1978) es licenciado en Dirección de Escena y Dramaturgia por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y doctor por la Universidad Complutense de Madrid.

 

De su producción dramática destacan: El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca (2022), La geometría del trigo, Premio Nacional de Literatura Dramática (2019); Los días de la nieve (2017, Premio Lorca 2019 Mejor Autor); Todas las noches de un día (2018, ganador del III Certamen de Textos Teatrales de la AAT); La piedra oscura (2015, Premio Max al Mejor Autor Teatral 2016 y Premio Ceres al Mejor Autor 2016, entre otros); Ushuaia (2013-2022, Premio Ricardo López de Aranda 2013); Cliff (acantilado) [nuevo título y versión: ¿Cómo puedo no ser Montgomery Clift?], ganador del IV Certamen LAM 2010; Húngaros, Premio Nacional de Teatro Universitario 2000; Fiebre, accésit Premio Nacional de Teatro Breve 1999.

 

Ha sido también responsable de diversas dramaturgias y reescrituras: Medea (Teatre Lliure), Electra (Ballet Nacional de España y Teatro de la Zarzuela, 2017), Fuenteovejuna (Compañía Nacional de Teatro Clásico, 2017); Troyanas (Festival de Teatro Clásico de Mérida, 2017), Rinconete y Cortadillo (Sexpeare Teatro, 2016), Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (Festival de Otoño a Primavera / Metatarso, 2016), Proyecto Homero / Odisea (La Joven Compañía 2016), entre otras. En febrero de 2020 publicó En esta casa, su segundo poemario tras Si descubres un incendio (2017).

 

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  • Poemas
  • [Podría hablar de este bosque]


     

    Yo sería aquel que imaginaba.

    Luis Cernuda


     

    Podría hablar de este bosque

    aquí entre mis manos,

    su querencia de fuego,

    su miedo a la ceniza.

     

    Podría dibujar mi pupila izquierda,

    con la tinta borrosa de un hormiguero:

    aquí su terquedad de eclipse,

    la sugestión redonda de su daño.

     

    Podría contar en el ábaco insomne

    de esta almohada,

    planetas indecisos, montañas vacilantes,

    voces tan queridas que ya no existen.

     

    Podría anudar al fin dos o tres nombres,

    la risa clandestina de mi madre,

    un amor que fue bueno

    al terminarse;

    el calor de un animal que acerca

    su enigma a tu costado 

    y sin preguntas duerme.

     

    Podría decir que fui y todavía

    el niño del columpio más lejano,

    aquel que confiaba a los pájaros transparentes

    el secreto aún tierno de su pecho.

     

    Podría decir que fui

    aquel que imaginaba.

     

    Pero aun más: yo soy aquello

    que aún no existe y sin embargo

    me aguarda desde siempre

    confiando.

     

  • [vieja cantera de mármol]

     

    al fin llegaste

    a la vieja cantera de mármol

     

    con los dedos 

    recorres 

    las incisiones

    pliegues

     

    sientes 

    el murmullo del mármol

    esa

    claridad

    que viene por los siglos

    empujando

    sientes

    el mineral desposado

    con la luz

    su transparencia vertical


     

    la piel reconoce

    y emerge

    una posibilidad del mundo


     

    otras manos aquí

    también tuvieron fe

     

    comprendieron

     

    que la piedra 

    no es solo piedra

    sino pulpa de la eternidad

     

    otras manos aquí

    con un cincel dentado

    dieron a la luz

    victorias aladas

    tejas del Partenón

    dioses precisos 

    como un mediodía

     

    otras manos aquí

    labraron

    venas y músculos

    materia viva

    tensada

    por el deseo

    oblicua

    para siempre

     

    de pronto

    la gracia de una rama

    que se abre

    paso 

    por la piedra

     

    palpas los añicos

    y comprendes

     

    alguien dijo

    que fue la ceniza

    otros

    que la cruz

    la peste

    los incendios

    los barcos extranjeros

    el olvido de los dioses

    alguien dijo

    toda luz engendra

    su ruina

     

    otras manos aquí y allí

    hicieron de los templos sagrados

    pedazos

    material de obra 

    para alzar torreones

    pilares encimeras

    bañeras de mármol

    para villas exclusivas

    suelos de las casas

    en las que nadie ya recuerda

    lo sagrado

    que esconde

    un pliegue de la tierra

    “pero qué bonito

    y qué blancura”


     

    botellas de plástico

    relucen bajo el sol

    como ofrendas

    despiadadas

    de nuestro tiempo

     

    “viejas canteras de mármol”

    reza el cartel

     

    ahora tienes que marcharte


     

    ¿estos pájaros

    nacieron ayer 

    o hace tres mil años?

     

    abandonas la cantera

     

    la oscuridad 

    deja caer migajas

    de redención

     

    y comprendes

     

    aun en los escombros

    los dioses esperan por nosotros

     

    Paros, verano de 2022